Muchas veces nos obsesionamos con nuestra apariencia (no voy a
comentar en esta entrada el por qué de esta realidad, pero es así), con cómo veo
mi cuerpo o cómo lo ven los demás. Desde el primer día de clase hemos hablado de
este tema, os acordáis de cuando os preguntaba algo como: ¿quién es mejor
deportista, una persona de 1,75m y 160kg (como Shane Hamman) o una persona de 1,72 y 56kg (como Stephen Kiprotich)?
Shane Hamman, aparece en el enlace que os dejo más abajo, es campeón
del mundo de halterofilia, y Stephen Kiprotich es campeón olímpico de maratón, ¿podríamos decir que por algunos de sus datos antropométricos (altura y peso) son buenos o malos deportistas?
En el
enlace, vemos que hay multitud de tipos de cuerpos diferentes y ninguno es
mejor o peor que el otro. Todos los cuerpos que aparecen son de deportistas de altísimo nivel, de los
mejores del mundo en su disciplina, ¿por qué nos preocupamos tanto entonces de
la apariencia de nuestro cuerpo? ¿no deberíamos preocuparnos más de cuidarlo para que funcione bien y podamos hacer aquello que nos gusta?
En otro post seguiremos hablando de esto.
Un saludo!